No quiero ir al frescolar

"Los colegios fueron diseñados por Horace Mann, E.L. Thorndike y otros, para ser instrumentos con lo que dirigir científicamente a la masa de la población. Se pretendía que los colegios produjeran, mediante la aplicación de fórmulas, seres humanos cuyo comportamiento pudiera ser predicho y controlado. En gran parte los colegios tuvieron éxito, pero en una sociedad que cada vez se fragmenta más, vemos cómo toda la gente genuinamente exitosa es independiente, innovadora, inconformista y con gran confianza en sí misma. Y, en este contexto, los productos del colegio, de la escolaridad, son irrelevantes..."

Comentarios John Taylor Gatto
Tomado de La formación y la empresa del III milenio, de Tom Peters