El alma llanera
En Venezuela la canción Alma Llanera, de Pedro Elías Gutiérrez, es el segundo himno del país. Imagino que a principios del siglo pasado, que fue cuando se puso de moda, la gente sentía que ser llanero era ser venezolano hasta la médula. Yo nunca he sentido que tengo el alma llanera, la verdad es que de los llanos... la carne y los atardeceres. Pero finalmente esta canción termina colándose en el inconciente colectivo, porque hasta en las fiestas la escuchas como aviso de que es hora de irse.
Ayer navegaba por la página de la BBC y me encontré con que la Orquesta Juvenil de Venezuela estaba en Londres, y por supuesto tocaron el Alma Llanera.
En ese momento, yo aquí sentadita en mi incómoda silla, sentí un apretón en el corazón cuando escuché el primer compás. Qué emocionante ver en cuadritos pixelados como en una canción suena el país que quiero, con iniciativas como esta que nos hacen líderes en la aldea, con caras frescas y entregadas a una pasión que finalmente nos ha cambiado la vida a todos como colectivo.
Hace unos años quise tocar chelo, se supone que por la edad ya no podía, tenía como 22 años y también se supone que para hacer carrera debí empezar antes, pero en aquella escuela pública el director era un graduado de Tchaicovsky, y creía que todos podíamos tener espacio. Luego de presentar mi exámen entré.
Hoy cuando veo a la Juvenil llena de aplausos en cada rincón del mundo recuerdo a mi escuela, con mi chelo viejo, y el arco sin cerdas de tanto uso, esperando por el próximo pupilo para ayudarlo a sacar músculos o canas.... y pienso que en el director, que me cambió la vida por no creer en convencionalismos académicos, y en el chelo viejo, que ha enseñado a decenas de niños después de mi, está la esencia del Sistema de Orquestas que está cambiando la vida de muchos jóvenes del país... por eso hoy siento tan profundamente el alma llanera.
En ese momento, yo aquí sentadita en mi incómoda silla, sentí un apretón en el corazón cuando escuché el primer compás. Qué emocionante ver en cuadritos pixelados como en una canción suena el país que quiero, con iniciativas como esta que nos hacen líderes en la aldea, con caras frescas y entregadas a una pasión que finalmente nos ha cambiado la vida a todos como colectivo.
Hace unos años quise tocar chelo, se supone que por la edad ya no podía, tenía como 22 años y también se supone que para hacer carrera debí empezar antes, pero en aquella escuela pública el director era un graduado de Tchaicovsky, y creía que todos podíamos tener espacio. Luego de presentar mi exámen entré.
Hoy cuando veo a la Juvenil llena de aplausos en cada rincón del mundo recuerdo a mi escuela, con mi chelo viejo, y el arco sin cerdas de tanto uso, esperando por el próximo pupilo para ayudarlo a sacar músculos o canas.... y pienso que en el director, que me cambió la vida por no creer en convencionalismos académicos, y en el chelo viejo, que ha enseñado a decenas de niños después de mi, está la esencia del Sistema de Orquestas que está cambiando la vida de muchos jóvenes del país... por eso hoy siento tan profundamente el alma llanera.
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